Quisiera ser un inmortal. Te construiré un pedestal. Pondré a tus pies un mundo entero. Y tú, ¿Qué harías en él?

Pero ¿Quién valorará lo que tengo para dar?
Si la sociedad no quiere héroes de verdad.
Nada voy a hacer acá, aún con este potencial
si no existen intenciones reales de cambiar.
Si soy el único intentado que el mundo esté mejor,
nadie más tiene el valor. Entonces, sin mí ¿Qué harán?
Cuando el cielo vea mi nombre, predomine el terror
y yo no responda, ¿A quién buscarán?

El mundo entre mis manos, cae en mí el peso
de saberme un humano con magia entre los huesos.
Un poder que acarrea ser responsable
y una sociedad entera que me pide que me largue.
Gritando «¡Paz y amor!» pero festejando el morbo;
yo, intentando ser su salvador, mas bien estorbo.
¿Quién precisa un héroe? Ellos no lo aceptarán
y, cuando cumplas tu rol, tampoco agradecerán.
No verán el valor en tu gran accionar;
segados por el rencor, hasta te criticarán.
Es que yo arriesgué mi vida más de una vez por la gente
y más de una vez me trataron como a un delincuente.
Vi resignación y, en su hablar, un despropósito;
es que nadie cree posible encontrar ese estado utópico.
Si yo fui capaz de encontrar la paz
y defender el buen actuar entre medio de lo caótico.

Pero ¿Quién valorará lo que tengo para dar?
Si la sociedad no quiere héroes de verdad.
Nada voy a hacer acá, aún con este potencial
si no existen intenciones reales de cambiar.
Si soy el único intentado que el mundo esté mejor,
nadie más tiene el valor. Entonces, sin mí ¿Qué harán?
Cuando el cielo vea mi nombre, predomine el terror
y yo no responda, ¿A quién buscarán?

Si tuviera una escoba, cuantas cosas barrería.
Pero es que entre las hebras, mucho se me escaparía.
No encontraría la luz, de todos modos.
Es que no hay dios que pueda complacerlos a todos.
Y no hablo de fe ni de esperanza,
hablo de un estado de pureza que jamás se alcanza.
De una voluntad ajena a la amistad
por la que un hombre, por otro hombre, al vacío se lanza.
Pero nadie quiere tu ayuda, no lo intentes.
Nadie quiere que te metas, creen que les mientes.
Es raro ver bondad, ya la hemos visto disfrazada
y nos han transformado en una sociedad desconfiada.
Ahora: ¿Cómo ayudo a los que quiero? ¿Cómo voy a hacer
para que vean que soy el bueno? ¿De qué sirve este poder?
No tengo el conocimiento necesario para entender
que, por mucho que los levante, ellos volverán a caer.

Pero ¿Quién valorará lo que tengo para dar?
Si la sociedad no quiere héroes de verdad.
Nada voy a hacer acá, aún con este potencial
si no existen intenciones reales de cambiar.
Si soy el único intentado que el mundo esté mejor,
nadie más tiene el valor. Entonces, sin mí ¿Qué harán?
Cuando el cielo vea mi nombre, predomine el terror
y yo no responda, ¿A quién buscarán?
¿A quién buscarán?

Tanto esfuerzo sin recompensa me agota.
Me siento como una bomba a punto de explotar.
No me gusta tener que admitir la derrota,
pero un héroe solitario, ¿Cuánto más puede aguantar?
Toda una vida buscando una alternativa
a la crueldad que nos quieren hacer creer natural.
Pero la realidad no es como una película;
suena una idea ridícula el querer frenar el mal.
Ahora, de los ridículos, soy el primero;
en un mundo tan falso, elegí mantenerme sincero.
No me avergüenzo del camino que me hizo guerrero;
me hizo llorar, pero no cambiaría mi sendero.
Hoy tiro la toalla, no quiero seguir sufriendo.
Tantos años defendiendo el bien tras esta malla.
No es una medalla lo que estoy pidiendo,
solo se están perdiendo mi papel en la batalla.
Fui el que puso el pecho y paró las balas
pero ya no más, hoy es el día de mi final.
Cavé mi propia tumba usando mi espada de pala,
ahora explíquenme: ¿Cómo se suicida un inmortal?